Es evidente que Dios me concedió un destino obscuro.
Ni siquiera cruel. Simplemente obscuro.
Es evidente que me concedió una tregua.
Al principio, me resistí a creer que eso pudiera ser la felicidad.
Me resistí con todas mis fuerzas.
Despues me di por vencido y lo creí.
Pero no era la felicidad, era sólo una tregua.
Ahora estoy otra vez metido en mi destino.
Y es más obscuro que antes, mucho más.
@UA
No comments:
Post a Comment