¿Existe la prosa poética?
¿cómo se clasifican dos cuartillas y media en las que un periodista escribe, evocando a su madre, que "Montessori y Makarenko le venían guangos a mi amá"? ¿Te gustó? Me preguntaron. Pues no, no me gustó. Pero es honesto. Caras largas. Pero oigan, al menos rescaté una frase memorable. Bueno, puedo decir que disfruté su lectura. Traté de comentarlo con mi madre y mi hermano, pero, sin la más puta idea de quien es Montessori o quién es Makarenko, como diablos van a entender. Olvídenlo, pensé. Pero no lo pensé. Lo dije. Lo pensé en voz alta. Damn. Bajarle el volumen a mi cabeza. Para la próxima. Nota mental: Cállate. Cierra la boca. Bueno ahora tienes que explicarles quienes son Montessori y Makarenko. Ugh. Mi hermano todavía está deleitándose con la expresión del tipo de "Más arriba el cielo": "Helo monda que venga el güero". ¿Por qué? Qué se yo. ¿Esa frase valida su ignorancia? ¿Lo hace, de alguna manera, sentirse mejor consigo mismo? ¿O simplemente lo divierte? No lo sé. Es como una forma de decir sí, no se quién es "Aristótales", y me vale V...
Mea culpa. Soy antisocial. Soy intolerante. Soy "Ya ves como es la Koky". Soy "Ya la conoces...". Soy una encogida de hombros. Soy un par de miradas de reproche. Soy la mujer a la que paran en la calle para preguntarle por qué va tan triste. Soy un café para el camino (negro, frío, sin azúcar).
Feliz viernes.
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